sábado, 10 de noviembre de 2012

Flan de café

¿Postre o café? Una pregunta común al final de muchas comidas. La respuesta puede depender de nuestro grado de adicción a la cafeína, del tipo de postre que sea, o lo copiosa que haya sido la comida. Yo tengo un problema para decidirme, porque me encanta el café, pero, como buen goloso, no puedo resistirme a un postre, ya sea helado, tarta o, como en este caso, un flan.

Con la receta de hoy, podemos llenar ese hueco en el estómago que siempre queda reservado para ese pedazo de dulce y, al mismo tiempo, acabar la comida sin prescindir del placentero sabor de esta estimulante infusión. Además, se trata de una receta muy fácil de preparar y está compuesta por ingredientes que seguro todos tenemos en casa.

Ingredientes 

  •  4 huevos.
  •  250 gramos de queso fresco.
  • 200 mililitros de leche.
  • 60 gramos de azúcar (en este caso utilicé azúcar moreno).
  •  2 cucharadas de postre de café soluble.  


Preparación:

En primer lugar, apartamos unos 20 gramos de azúcar para hacer el caramelo. Lo ponemos a tostar en una pequeña cazuela y vamos removiendo con una cuchara hasta que adquiera una tonalidad dorada, pero nunca demasiado oscura, porque podría quedarnos amargo. Cuando esté en su punto, rápidamente lo vertimos en el fondo del molde en el que vayamos a cocinar el flan. Unimos el resto de ingredientes, batimos hasta que quede todo bien mezclado y volcamos donde previamente hemos echado el caramelo. 

Finalmente, ponemos agua a calentar en una olla para cocer el flan al baño maría. Es importante no poner demasiada, para que cuando empiece a cocer no se salga y, lo más importante, no nos entre en el recipiente del flan. Cuando el agua esté caliente, introducimos el molde y dejamos cocer en torno a 50 minutos. Este tiempo es orientativo, lo mejor es ir comprobando con una aguja de cocina si nuestro postre está hecho. Para ello, lo pinchamos y si la aguja sale limpia, está listo.

Una vez lo hemos dejado enfriar, podemos desmoldar el flan y servirlo. Con la cantidad de ingredientes que hemos utilizado, obtendremos cuatro raciones como esta:




Como veis,  una vez servido nos quedarán dos capas diferenciadas. En la parte baja una más oscura y de textura esponjosa, como una especie de mousse. Encima de ésta, otra más clara y cremosa. Todo ello cubierto por la capa de caramelo. 

Esto es así porque los posos del queso fresco, al ser más denso, se depositan en el fondo del molde; mientras que la leche con el café disuelto, al ser más ligera, flota hacia la superficie.

Una receta sencilla que espero os animéis a probar. ¡Qué aproveche!

9 comentarios:

  1. Te ha quedado muy bien ese flan,yo si lo hago tendrá que ser un flan descafeinado.

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  2. que buen flan, lo llevo a mi clase y desaparece en segundos

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    1. Jaja, es un vivio. Siempre quiero un poco más. Además, es un postre ligero, no empacha mucho.

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    2. ¡uy! que se me van los dedos. Vicio, no "vivio", jeje

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  3. Hola! Soy nueva aquí, pero me parece que voy a visitar este sitio a menudo.
    Tiene una pinta estupenda el flan. A mi es que el café no me gusta, pero seguro que hará las delicias de los cafeteros.
    Un beso!

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    1. ¡Bienvenida Ana! Me hace mucha ilusión que estés por aquí. ¡Besos!

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  4. Umm que flan mas rico...tomo nota y un dia de estos cae seguro...besos de una nueva seguidora.

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  5. Hola. Oye ke tipo de keso en especial?
    Ooh podria ser keso crema o cual le pones. Xfa

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