La verdad es que, para los que
nos gusta la verdura, el poder contar con alimentos recién recogidos de la
huerta es todo un lujo. Por lo general, el gusto de estos productos es mucho
más intenso que los que podemos comprar en el supermercado, es un sabor “de
verdad”. Además, no tienen los aditivos y la química de las frutas y hortalizas
de invernadero, porque no sé a vosotros, pero, por ejemplo, a mí esas manzanas
perfectas y brillantes que muchos supermercados tienen en sus expositores me
dan bastante grima, parece que las han encerado antes de ponerlas ahí.
Y es que no hay nada como los
productos de temporada. Son más nutritivos y de mayor calidad, ya que suelen
ser mejor cultivados, completando su ciclo de manera natural, sin pasar por la
cámara, sitio en el cual pierden muchas de sus propiedades y sabores originales.
A parte, si los compramos en los periodos naturales de cosecha, es muy probable
que nos salgan más baratos, puesto que la disponibilidad de estos alimentos
será mayor.
Asimismo, consumir frutos del
tiempo beneficia al medioambiente y a la economía nacional. En primer lugar
porque, al prescindir de aditivos y pesticidas, se evitan emisiones de CO2. Y
en segundo lugar porque se facilita que estos productos provengan de la
actividad agrícola local. Por ejemplo, si compráis naranjas en verano es muy
probable que sean de Chile, pero seguro que, si lo hacéis ahora, son de Valencia
o Andalucía.
Aunque he de decir que con el
plato de hoy he beneficiado poco a la riqueza local, puesto que ha sido un
regalo de una tía que tiene un huerto (ya solo me falta tener otra con una
pastelería y culinariamente vería satisfechas todas mis expectativas). Se trata
de esta col o repollo que lucía así de hermosa cuando llegó a casa…
Decidí hacer un salteado con ella.
Preparación:
Decidí hacer un salteado con ella.
Ingredientes:
- Col.
- 5 dientes de ajo.
- Aceite de oliva.
- Pimentón dulce.
- Vinagre.
- Sal.
Preparación:
En primer lugar, lavar la col. En
mi caso tuve que hacerlo especialmente bien porque, al ser de huerto, tenía
bastante tierra, por lo que utilicé agua templada para que se deshiciesen mejor
los terroncillos. Una vez limpia, la troceamos a tiras y cocemos durante unos
diez minutos.
En otra cazuela, ponemos una base
de aceite de oliva y sofreímos los dientes de ajos partidos. Cuando estén
dorados, los retiramos del aceite y los reservamos. En esa misma cacerola
ponemos las coles, añadimos sal al gusto y salteamos un par de minutos.
Por otra parte, machamos en un
mortero los ajos que teníamos reservados y añadimos a la pasta resultante una
cucharada de postre de pimentón y un chorro de vinagre. Removemos y una vez que
esté todo mezclado añadimos esta salsa a la col.
Y ya tenemos listo este plato
cargado de vitamina C, la cual nos vendrá bien para combatir los catarros
típicos de esta época del año. Espero que os guste.
las verduras de la huerta son lo mejor, mi abuelo siempre planta y a veces trae tomates tan grandes como una cabeza humana y cebollas gigantes jeje.
ResponderEliminarTe a quedado muy bien la col, tengo que probar a ver como me queda
Jeje, sí, algunos son enormes y a veces tienen un aspecto raro, pero de sabor están mucho mejor.
EliminarQue razón tienes,como lo recién cogido de la huerta no hay nada.
ResponderEliminarMe apunto esta receta,nunca he cocinado col y despues de ver esta receta me apetece probar a hacerla.
Además, si vas consumiendo lo que en cada época da la tierra, te obligas a dar variedad a la dieta, porque sino siempre acabamos cogiendo lo mismo en el super y de las cuatro cosas típicas no salimos. ¡Seguro que te sale genial!
ResponderEliminarHola! Nunca había probado así la col. Yo algunas veces compro media porque no la consumo entera. Suelo hacer ensalada de col. La pico muy finita, la dejo en agua dos o tres horas, luego la escurro, y la aderezo con pimentón dulce, sal, vinagre y aceite bueno, lo muevo bien y lista! Está riquísima!
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